Según Chiavenato, I. (1993), el Planeamiento y Control de la Producción se basa en principios fundamentales y no en leyes. Cuando se trata de planear la producción, el PCP utiliza los principios fundamentales de la planeación y, cuando se trata de controlar la producción, utiliza los principios fundamentales del control.
Los principios que rigen la planeación son los siguientes:
a. Principio de la definición del objetivo: el objeto debe ser definido de forma clara y concisa, para que la planeación sea adecuada, porque se hace en función del objetivo que se pretende alcanzar. La finalidad de la planeación es determinar cómo se alcanzará el objetivo. De esta forma, si el objetivo no fuese claramente definido, la planeación será muy vaga y dispersa. En el fondo, planear constituye el medio para alcanzar el objetivo definido.
b. Principio de la flexibilidad de la planeación: la planeación debe ser flexible y elástica a fin de que se pueda adaptar a situaciones imprevistas. En otras palabras, como la planeación se refiere al futuro, su ejecución debe permitir cierta flexibilidad y adaptación a situaciones que puede sufrir alteraciones imprevistas.
Los principios que rigen el control son:
a. Principio del objetivo: el control debe contribuir para alcanzar los objetivos a través de la indicación de errores o fallas, en tiempo hábil para permitir las medidas correctivas oportunas.
b. Principio de definición de los estándares: el control debe basarse en estándares bien definidos. Generalmente los estándares se definen en la planeación, o sea antes de la ejecución de los trabajos, y deben servir claramente de criterio para el futuro desempeño.
c. Principio de excepción: este principio de control fue formulado originalmente por Taylor, uno de los precursores de la moderna administración. Taylor sostenía que la atención del administrador no debe extenderse demasiado sobre las cosas que andan bien. Al contrario, el administrador necesita estar atento a las cosas que andan mal, o sea la excepciones. Este principio afirma que el control debe concentrarse exclusivamente sobre las situaciones excepcionales, es decir, sobre las desviaciones más importantes y no sobre las cosas normales.
d. Principio de acción: el control solo se justifica cuando proporciona medidas correctivas sobre las desviaciones o fallas detectadas. Esto significa que de nada sirve un control que no indique las providencias a tomar o fallas a resolver. Si el control no conduce a nada, entonces es mejor eliminarlo.
El cuidado en la aplicación de estos principios fundamentales es vital para el éxito del Planeamiento y Control de la Producción. En resumen, de poco sirve un PCP que no defina adecuadamente los objetivos a alcanzar y no posea un mínimo de flexibilidad para poder adecuarse a los cambios que sucedan en su transcurso. Se poco vale también un PCP cuyo control no defina adecuadamente los objetivos a alcanzar, no defina estándares de evaluación y medición, no detecte las excepciones y no permita una acción correctiva.
En el siguiente esquema se muestran los principios fundamentales del PCP.
No hay comentarios:
Publicar un comentario