Hayes, entre otros autores, propone otros indicadores, un tanto más subjetivos pero igualmente sugerentes:
- Sus trabajadores y directivos son codiciados por otras empresas, debido a su cualificación.
- Los proveedores de equipos buscan permanentemente el asesoramiento de la empresa.
- Responde a las fluctuaciones de los mercados (cantidades, precios, nuevos productos) más rápidamente que los demás.
- Interconecta el diseño de productos con su proceso de fabricación.
- Mejora continuamente las instalaciones, los sistemas de apoyo y las capacidades.
Las empresas que han alcanzado ese nivel de excelencia en su producción parecen regirse por los siguientes principios, según Schroeder:
• Ponen en primer término al cliente.
• Son conscientes de la importancia de la calidad.
• Practican la producción justo-a-tiempo.
• Destacan el papel de la innovación tecnológica.
• Son dirigidas con una óptica de largo plazo.
• Se orientan a la acción.
Por otra parte, Domínguez Machuca señala las siguientes características:
• El proceso de mejora continua.
• El máximo aprovechamiento de los recursos humanos.
• El énfasis en la calidad.
• La consecución de un flujo de fabricación continuo, uniforme y rápido.
• Reconocer la importancia de la planificación y aplicarla.
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