Casi todos los productos ofrecidos son una combinación de bienes y servicios, como muestra la ilustración 1.4, ordenados a lo largo de un continuo de “bienes puros” a “servicios puros”. El continuo capta el enfoque central del negocio y los espacios que separan a las empresas que sólo fabrican productos de las que sólo brindan servicios. Las industrias dedicadas a los bienes puros ahora son negocios de mercancías con márgenes muy bajos y, para poder diferenciarse, muchas veces añaden algunos servicios. Por ejemplo, brindar apoyo para los aspectos logísticos del almacenaje de los bienes, mantener amplias bases de datos con información y brindar asesoría.
Los proveedores de bienes básicos de por sí incluyen un importante componente de servicio como parte de su negocio. Por ejemplo, los fabricantes de automóviles proporcionan un extenso servicio de distribución de refacciones para apoyar a los talleres de reparación de los distribuidores.
Los prestadores de servicios básicos deben integrar algunos bienes tangibles. Por ejemplo, una compañía de televisión por cable debe proporcionar servicios de conexión y reparación al cable, así como convertidores para el cable de alta definición. Los servicios puros, como los que ofrecería un despacho de asesoría financiera, pueden necesitar poco en el modo de facilitar bienes, pero los que usan (como libros de texto, referencias de profesionales y hojas de cálculo) son fundamentales para su desempeño.
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