Por ejemplo, la distancia en línea recta (llamada también «distancia de Euclides») mide la distancia más corta entre dos puntos, pero no siempre es la medida más apropiada. Lo comprenderemos si consideramos el problema de ubicar un cuartel de bomberos.
En este cálculo hay que tener en cuenta la distribución de las calles, por lo que usar la distancia rectilínea, que mide sólo los movimientos horizontales y verticales, tendría más sentido que usar la distancia en línea recta.
Otra consideración es que no todos los clientes tienen igual tamaño. Por ejemplo, una panificadora serviría pedidos mucho mayores a un supermercado o almacén que a una tienda de barrio. Aquí el criterio adecuado sería el de la distancia ponderada.
¿Qué queremos destacar con todo esto? Que los directores de explotación pueden utilizar una serie de técnicas cuantitativas para tomar decisiones de ubicación. A continuación veremos que lo mismo se puede decir en cuanto a diseño y distribución.
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