miércoles, 4 de febrero de 2015

Estrategia de operaciones en un entorno global - III

El administrador de operaciones de la actualidad debe tener una visión global de la estrategia de operaciones. Desde el inicio de la década de 1990, casi 3 mil millones de personas de los países en desarrollo han superado las barreras culturales, religiosas, étnicas y políticas que restringen la productividad y ahora participan en la era de la economía global. Conforme estas barreras desaparecen, se tienen avances simultáneos en tecnología, transportación confiable y comunicación económica. 
El resultado esperado es el crecimiento del comercio mundial, los mercados de capital globales y el movimiento internacional de las personas; vea la figura 2.1(a), (b) y (c).
Esto significa una creciente integración de la economía e interdependencia de los países —en una palabra, globalización—.1 En respuesta, las organizaciones están extendiendo sus operaciones globalmente de manera apresurada con estrategias innovadoras. Por ejemplo: 
• Boeing es competitiva porque sus ventas y su producción son mundiales. 
• Benetton de Italia distribuye inventarios hacia tiendas localizadas alrededor del mundo más rápido que sus competidores al integrar la flexibilidad en sus diseños, producción y distribución. 
• Sony compra componentes de proveedores ubicados en Tailandia, Malasia y otras naciones para ensamblar sus productos electrónicos. 
• Volvo, considerada una compañía sueca, es controlada por una empresa estadounidense, Ford. Pero el actual Volvo S40 se construye en Bélgica sobre una plataforma compartida con el Mazda 3 (construido en Japón) y el Ford Focus (que se construye y vende en Europa). 
• Haier de China produce actualmente refrigeradores compactos (tiene un tercio del mercado de Estados Unidos) y gabinetes para vino refrigerados (tiene la mitad del mercado de Estados Unidos) en Carolina del Sur. 
La globalización implica que el modelo de negocio dividido entre producción para consumo nacional y producción de exportación ya no es viable; la producción local y la exportación ya no garantizan el éxito, ni siquiera la supervivencia. Existen nuevos estándares de competitividad global que impactan la calidad, variedad, personalización, conveniencia, las fechas de entrega y el costo. 
La estrategia de globalización contribuye a la eficiencia y agrega valor a los productos y servicios, pero también complica el trabajo del administrador de operaciones. Se intensifican la complejidad, el riesgo y la competencia; las compañías deben ser muy cuidadosas con estos aspectos.

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