viernes, 20 de febrero de 2015

Estrategia de respuesta en Johnson Electric de Hong Kong

Patrick Wang, director de administración en Johnson Electric Holdings, Ltd., camina por la oficina matriz de Hong Kong con un micromotor en la mano. Este pequeño motor, con casi dos veces el tamaño de su pulgar, activa la cerradura eléctrica de una puerta Dodge Viper. Aun cuando la mayoría de las personas no ha escuchado hablar sobre Johnson Electric, todos tenemos varios de sus micromotores cerca. 
Esto se debe a que Johnson Electric es el productor mundial líder en micromotores para herramientas inalámbricas, aparatos domésticos (molinos de café y procesadores de alimentos), artículos para el cuidado personal (secadoras de cabello y rasuradoras eléctricas) y automóviles. Un Mercedes de lujo con limpiadores en las luces frontales, ventanillas eléctricas, ajuste eléctrico de asientos y espejos retrovisores eléctricos, puede usar micromotores Johnson. Como un negocio verdaderamente mundial, Johnson gasta de manera generosa en comunicaciones para mantener unida su red global de fábricas, instalaciones de investigación y desarrollo y centros de diseño. 
Por ejemplo, instaló un sistema para videoconferencias que le costó 20 millones de dólares, el cual permite a los ingenieros localizados en Cleveland, Ohio, y Stuttgart, Alemania, monitorear la producción de sus micromotores de prueba realizada en China. 
La primera fortaleza de Johnson es su velocidad en el desarrollo de producto, velocidad en producción y velocidad en entrega —13 millones de motores al mes, en su mayoría ensamblados en China pero entregados en todo el mundo—. Su segunda fortaleza es la capacidad para estar cerca de sus clientes. Johnson ha diseñado centros técnicos distribuidos por todo Estados Unidos, Europa y Japón. “Las limitaciones físicas del pasado ya no existen” cuando se trata de decidir dónde ubicar un nuevo centro, dice Patrick Wang. “Los clientes hablan con nosotros desde donde se sienten más cómodos, pero los productos se hacen donde resultan más competitivos”. Fuentes: Hoover’s Company Records (1 de enero de 2006): 58682; Far Eastern Economic Review (16 de mayo de 2002): 44-45; y The Economist (22 de junio de 1996): 65.

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