Así pues, en Japón hallamos un sistema basado en el control de procesos, donde las técnicas de gestión fueron profundamente desarrolladas y adaptadas a las características culturales y sociales del país. El modelo de referencia fue el adoptado por Toyota e impulsado por su vicepresidente hasta 1978 Taiichi O hno, dando lugar al “Toyotismo”. El punto crucial del Toyotismo es la conexión entre los sistemas de control de procesos y la organiza ción social del trabajo. Con un principio supremo, minimizar el exceso de trabajadores y materiales.
Esto se consigue mediante un sistema de control basado en el principio Just-In-T im e, pero teniéndolo como principio básico para la organización del trabajo y producción final. D e esta manera, sólo se produce lo que la siguiente fase del proceso necesita. Esto resultaba un problem a para el Taylorismo o Fordismo, ya que se paraba toda la cadena de montaje, sin embargo, el sistema aplicado por Toyota cuenta con la flexibilidad de los trabajadores para ajustar a corto plazo las necesidades de diferentes niveles de montaje.
Los trabajadores tienen plenos poderes para parar la cadena de montaje, pero esto supone una gran responsabilidad, y por tanto estarán más atentos e incorporarán una mayor calidad al producto.
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