Existen herramientas que permiten pronosticar con precisión la demanda, de manera que los participantes de la cadena de suministros puedan planificar con base en esta previsión, teniendo en cuenta el comportamiento de las compras y ventas. Así pues, la demanda se vincula de un modo rentable a la oferta, ampliando al máximo el rendimiento de los activos y evitando excesos de inventarios.
Muchas empresas cuentan también con programas que soportan tareas como la planificación estratégica, la asignación y la ubicación de la fabricación. De este modo el proceso de toma de decisiones identifica el lugar idóneo para fabricar un determinado producto, y la mejor distribución de éste. El resultado es una mejor selección de proveedores y una optimización de la red de transportes, ubicación geográfica y número de instalaciones en función de los costos.
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